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Creer o no creer en algo es una
cuestión individual que cada uno debe "consagrar"* y
"mimar" con celo. Pero por encima de la creencia, "para
mi gusto", está el RESPETO a cada persona y su LIBERTAD a
decidir cuáles son sus simpatías religioso - espirituales. Crea o
no crea, es mi deber como concejal electo acudir allá donde me
llamen. Allá donde cualquier comunidad manifieste su gozo y disfrute
por algo o alguien. Y así he procedido durante este mes de mayo.
Una muy buena amiga me dio un consejo
hace unas semanas: "donde fueres, haz lo que vieres". No se
si este dicho pertenece al refranero popular o si tiene un autor
definido (llamémosle Anónimo García). El caso es que como "pauta
vital", posee un amplio y complejo significado convivencial. Sin
embargo, y amén de llevar a cabo correcciones a D. Anónimo García,
considero que una versión mejorada de dicho refrán podría hacerlo
bastante más integrador: "Donde fueres respeta, y obtendrás
respeto". Y esa esa mi máxima para todo. El respeto como
instrumento; la empatía como canalizador de vivencias compartidas.
– Pero ¿por qué
siempre ocupas las últimas filas y/o te quedas de pie? – Preguntó
con afanada curiosidad mi amiga. – Por respeto – le dije. Por
respeto a los creyentes, y a sus necesidades y anhelos espirituales.
Porque cuando una persona tiene una convicción nítida y definida,
no hay mayor signo de cortesía que dejarle las primeras filas y
todas aquellas que sean necesarias. Proporcionales el espacio que
merecen, al margen de protocolos, paripés o clichés políticos
hipócritamente desgastados.
– ¿Crees en algo? –
me susurró con voz dubitativa. – Creo en la gente buena –
declaré. Creo en la gente sincera y tolerante. Creo en la idoneidad
de convivir y compartir con los demás "retales de felicidad"
independientemente de cual sea la Comunidad o Religión a la que
pertenezcan.
A lo largo de este mes HE
RESPETADO y me HAN RESPETADO. He intercambiado buenos momentos con
vecinos y vecinas de gran parte de los barrios del municipio. Tardes
de convivencia que se quedan, sin duda, para el recuerdo. Y no
miento si les digo que, como esto se prolongara más tiempo, la
"operación verano" tendría sus días contados, por no
decir aniquilados.
La Constitución Española
de 1978 reconoce en el artículo 16 de la Sección Primera (Titulo
Primero), los siguientes derechos fundamentales y libertades
públicas:
"1. Se garantiza
la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las
comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la
necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la
ley.
2. Nadie podrá ser
obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3. Ninguna confesión
tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta
las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las
consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y
las demás Confesiones."
Y yo, como la
Constitución Española, y habiéndola prometido, creo y cumplo todo
lo que ésta recoge al respecto. Creo en las diferentes
manifestaciones religioso – espirituales que conviven en nuestras
lindes. En las diferentes Comunidades de personas que han decidido
que San Miguel de Abona es – y será – su municipio. En sus
necesidades e inquietudes. En sus costumbres y tradiciones.
...En el avión continúan
repartiendo "rasca y gana". A mi derecha, dos mujeres
comparten impresiones sobre política. A mi izquierda, un señor se
inclina tímidamente para observar lo que estoy escribiendo. En la
portada de la revista, Lana del Rey. En mi reproductor de música,
Mariah Carey. En mi pensamiento; El respeto mutuo como garantía de
una sociedad libre e integradora.
* Consagrar: "Dedicarse con
especial esmero y atención alguien o algo a un determinado fin"
Estoy totalmente de acuerdo contigo Samuel. Hoy en dia las personas están, cada vez más, encerradas en sí mismas y no "ven" lo que ocurre a su alrededor, de donde venimos, donde estamos, a donde vamos....se están perdiendo valores, educación, respeto... aislados en su mundo, televisión, mp4's, smartphones, sin relacionarse ni aprender de lo que les rodea. Un grandioso artículo. Para reflexionar. Un fuerte abrazo.
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